El cartílago rotuliano es un amortiguador natural que ayuda a la correcta movilidad de la articulación de la rodilla, reduciendo la fricción entre el fémur y la rótula. El cartílago tiene varios milímetros de espesor.
La condromalacia rotuliana (síndrome femoropatelar, (SDFP o SFP), es una lesión que se produce en el cartílago por una degeneración de la superficie cartilaginosa localizada en la cara posterior de la rótula, consecuencia del roce del cóndilo femoral sobre la misma; o bien, por un crecimiento anómalo del cartílago.
El SFP es uno de los tipos más comunes de dolor en la rodilla, y el cartílago suele ser el origen habitual de lesiones que van desde el simple reblandecimiento del mismo hasta la artrosis de la articulación femoropatelar. Esta afección, es padecida especialmente en niños y adolescentes que crecen muy rápido en poco tiempo, deportistas, personas sedentarias que sobrecargan la articulación de la rodilla y personas con insuficiencia en los músculos extensores de la rodilla –cuádriceps-. Si está muy avanzada, la condromalacia podría causar problemas para andar o apoyar la pierna, con limitación del grado de movilidad de la rodilla.
El término de condromalacia rotuliana está en desuso en la comunidad médica, se suele sustituir por “condropatía rotuliana”, con esta terminología se menciona en los informes de artroscopias y resonancias magnéticas.
Existen cuatro grados de condropatía:
Grado I: reblandecimiento del cartílago al tacto. Inexistencia de fisuras.
Grado II: fisuras ligeras de la superficie del cartílago.
Grado III: fisuras profundas del cartílago.
Grado IV: pérdida del espesor total del cartílago. Exposición del hueso subcondral. Es el caso más extremo.
Causas de la condromalacia rotuliana:
- Traumatismos repetidos de baja intensidad, como los que ocurren con la práctica intensa de muchos deportes (baloncesto, pádel, rugby, ciclismo, footing, carrera continua, etc.), a los que se unen otras alteraciones como aumento del ángulo Q, rótula alta, desequilibrios musculares (cuádriceps, isquiotibiales…)
- Traumatismos repetidos de mediana o alta intensidad, como subluxación o luxación de rótula.
- Un único impacto directo muy potente. Saltos bruscos desde zonas altas, accidentes de tráfico, etc.
- Artritis reumatoide, infecciones locales, edad, etc.
- Otras lesiones o traumas de la rodilla pueden agravar el problema. Roturas, fisuras, lesiones del ligamento, esguinces, etc.
- Problemas anatómicos y de la forma de caminar. Hacen recomendable un estudio anatómico del pie y de la pisada (vg. si es pronadora o supinadora). No es aconsejable el uso de tacones en las mujeres con esta dolencia. A través de pruebas de resonancia magnética, se aprecia como los problemas de rodilla afectan a la espalda y la cadera por desalineación de miembros y descompensaciones musculares.
- Acortamiento de la cadena muscular posterior, lo que contribuirá a una anormal biomecánica fémoro-rotuliana, en los isquiotibiales, tríceps sural, fascia lata…
Otras causas:
La condromalacia rotuliana no siempre es fruto del desgaste y del esfuerzo en ángulos de flexión. Otras veces se debe a las siguientes causas.
- Descompensación entre vasto interno y vasto externo lo cual hace que la rodilla gire hacia adentro, la rótula se desplace y a la larga desencadene en desgaste.
- Caderas anchas que provocan que el fémur gire hacia adentro para andar con los pies alineados, causando el desplazamiento de la rótula; Y ésta, a su vez, el desgaste del cartílago posterior. Por esta causa, la condromalacia es más frecuente en mujeres que en hombres.
Síntomas de la condromalacia rotuliana:
Al ser una enfermedad degenerativa de la rótula produce dolor, por tanto, el dolor de rodillas puede ser el primer síntoma de una condromalacia, o de un principio de esta, que, en sus primeras fases tiene un buen tratamiento.
- Dolor inespecífico que aumenta al sentarse y también al bajar escaleras.
- Sensación de rozamiento o fricción al extender la rodilla, dolor en la parte delantera de la rodilla, (que empeora después de estar sentado durante un tiempo prolongado o al subir escaleras).
- Crujidos, chasquidos, al tacto o al realizar flexo-extensión.
- Sensación de inestabilidad. La rodilla “falla”.
- Dolor al extender la rodilla después de estar un tiempo con la rodilla flexionada.
Estos síntomas no indican siempre una condromalacia, pueden ser indicativos de otros tipos de dolencias en las articulaciones, por lo que siempre recomendamos visitar a un médico traumatólogo especialista para que evalúe el grado de la lesión.
Tratamiento de la condromalacia rotuliana mediante osteopatía:
- En la primera fase se trata de aliviar el dolor. El tratamiento se basa en la aplicación de técnicas manuales, liberación miofascial, masoterapia, estiramientos suaves, etc. La aplicación de frío local después de realizar ejercicios puede ayudar.
- En una segunda fase el tratamiento se centrará en la potenciación muscular, en la mejora de la biomecánica de la rótula y en la flexibilidad muscular mediante la utilización de la reeducación postural global, el entrenamiento de la propiocepción o el Método McConnell, entre otros.
- En algunos pacientes encontramos que el cuádriceps no es potente. Suele ser un fallo del vasto interno, por lo que potenciamos específicamente esta musculatura.
- Otras veces el problema es justo lo contrario, el cuádriceps tracciona demasiado, o los isquiotibiales son muy débiles. En este caso, habrá que potenciar la musculatura isquiotibial, ya que estos músculos ayudan a frenar la flexión de rodillas cuando se bajan escaleras y cuestas.
- Aplicación de vendaje funcional.
Existen rodilleras específicas para condromalacia, que ayudan a disminuir el dolor a la hora de caminar y entrenar. Las recomendadas son las que llevan la rótula al centro como el soporte rotuliano y la rodillera elástica abierta en la rótula. Una rodillera cerrada puede aumentar más el dolor.